Aunque creo que la palabra nostalgia resulta pequeña para lo que verdaderamente siento dentro de mi, puede que dentro del diccionario español sea la palabra que mejor lo defina. Tengo uno de esos días raros, no malos, simplemente raros, en los que me paro a recordar el increíble verano que he pasado. Evidentemente, Nerja esta presente, pero este año lo está también Burundi, todas las personas que he conocido, rostros que he observado, paisajes que me han proporcionado paz, tanta naturaleza natural, que redundancia, pero así es, naturaleza virgen, completamente virgen, colores vivos, tonos verdes, marrones y ocres, y de vez en cuando el reflejo del cielo. En la fotografía todo ello, y mi sombra, en uno de los mil y un trayectos en un maravilloso autobús, ratos de meditación, asimilación y disfrute.
Quien pudiera estar ahí ahora…